Make the Earth Great Again (Saldando la Deuda Medioambiental)

Written by | Flechas Rayadas, Opinión

Todo parecía prometedor unos cuantos ayeres atrás. Los hombres de poder, esos de retórica diplomática, elegantes, de trajes de marca, de verbo bonito y políticamente correctos, hacían sonar al mundo con el Acuerdo de París. “Ahora sí” ya era una prioridad el cambio climático. Claro, se supone que desde el Protocolo de Kyoto lo era; pero bueno, ahora sí ya era “de a de veras”.

Desde mi punto de vista, la diplomacia pocas cosas resuelve. Pero bueno, al menos en el discurso otorgado a la poca preocupada y muy indiferente humanidad, todos los líderes, en teoría, estaban de acuerdo en que se tenía que hacer algo. Algunos para quedar bien, otros porque de verdad tenían, creo yo, la convicción de hacerlo y algunos cuantos porque pues “tenían que asistir y firmar”. Al final, lo importante ya estaba estipulado. No sabíamos en ese entonces que el panorama político mundial iba a “mutar” en una cosa verdaderamente abominable (más de lo que ya estaba)….

El “Make America Great Again”, “America First” y demás charlatanerías llegaron para quedarse. Con ello, “El Imperio” lanzó uno de sus más atroces ataques: anunciar que se retiraría del dichoso acuerdo. Por supuesto, claro que eso iba a pasar. Para la mente de alguien tan ambicioso como Donald, hacer crecer el poder económico, político y militar es lo más importante. Así funciona este bello sistema global: producir y consumir, convertirnos en máquinas de explotación mundial, cual hormigas dispuestas a todo para hacer crecer nuestras precarias y adictas economías. Todo para que ese ciclo letal se mantenga en un mundo desgastado.

Considero que tres huracanes en el Atlántico al mismo tiempo nos pueden llegar a decir algo, ¿no? Lamentablemente, el problema no recae en un solo hombre y en su demagogia que está de moda en la política internacional actual. La mayoría de la humanidad, egoísta con su planeta, ha consolidado las bases de lo que podría ser el inicio del Apocalipsis. No tendremos cara para ver a nuestros hijos y nietos, para aceptar que la hemos cagado en grande.

Es importante aceptar la responsabilidad ante nuestra actitud: consumista, ególatra, insensata e indiferente. La “especie más inteligente del mundo” pareció ser muy estúpida para darse cuenta que ha destruido su hogar. Me uno a la mayoría desinteresada al respecto. Y sí, lamentablemente, mi generación nació y se acostumbró al modelo neoliberal y capitalista de producción y consumo desmedido. Formo parte de eso, lo reconozco. Sin embargo, considero que, a ese modelo, podemos hacerle muchas mejoras; no únicamente en lo medioambiental, sino también en lo social, económico y político, pero esa es otra historia.

¿Han escuchado hablar de la historia de Claire Patterson? El tipo quería revolucionar toda industria relacionada a la utilización de plomo. Básicamente, detenerla para dejar que nos dañara tanto a los humanos y, por supuesto, al medio ambiente. Bueno, las poderosas compañías contrataron a “científicos pirata” para desacreditar sus investigaciones; no se cansaron hasta detenerlo. Hoy su trabajo es reconocido. Quiero llegar a que existen personas que cuentan con las ideas para cambiar esto, basta con darles voz y medios para salvar al barco de hundirse. Por nuestra parte, nunca está de más cambiar pequeños hábitos para ayudar al medio ambiente. No es tan complicado.

No vengo a discutir si los terremotos son o no consecuencia derivada del cambio climático, si el eclipse es un presagio del Apocalipsis o si esto ya no tiene vuelta atrás. Quiero crear un poquito de consciencia, hasta para mí mismo.

Algunos, desilusionados, comentan que “el fin ya empezó”. No tengo una fecha o momento exacto para asegurar eso; pero si tuviera que elegir, sería la consolidación del homo sapiens como especie “dominante” del planeta o, en su defecto, el inicio de la Revolución Industrial. Para mí, el fin empezó desde mucho antes que todos los que están leyendo esta columna nacieran. No lo digo por pesimista, al contrario, lo digo porque tenemos la oportunidad de adjudicarnos como generación habitante de este planeta la que le dio un giro al fin y dio inicio a un nuevo comienzo.

No esperemos a que ya no quede nada. No esperemos a que los políticos y las religiones choquen para adjudicarse culpas. No esperemos pasivos nuestro inminente final. La tierra ya se hartó de la humanidad.

 

Ray Ricardez
raymundo.ricardezga@udlap.mx
@RayRicardez

Last modified: 11 septiembre, 2017