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Pensamos que vivimos en un lugar tranquilo, donde nuestros derechos son respetados, pero la realidad es que en Cholula la policía abusa de su autoridad brutalmente. ¿Te ha pasado? Mándame correo, no eres el único.
El 29 de agosto de 2014, alrededor de las 00:30 horas, dos amigos y yo fuimos abordados por policías municipales de San Pedro Cholula en el centro de la junta auxiliar de Santiago Momoxpan. Los uniformados bajaron de su camioneta, nos acusaron de estar ingiriendo bebidas alcohólicas en vía pública y amenazaron con remitirnos. Les hicimos saber que éramos conscientes de nuestros derechos y que no podían consignarnos: primero, porque no estábamos ingiriendo bebidas alcohólicas; segundo, porque aunque había latas de cerveza en el suelo, no significaba que eran nuestras.
Los policías decidieron continuar ahora con insultos, en ese momento decidimos grabar con nuestros celulares, lo que enfureció a los oficiales. Uno de ellos me dio un golpe en la mano por lo cual mi celular salió volando, después empujó a uno de mis amigos hacia el coche diciéndole que estaba detenido; mientras mi amiga les gritaba que no podían detenernos, sin embargo no entendían razones ni justificaban sus actos.
Al ver esto pedí ayuda a la gente, espectadora a media calle. La gente se juntó y pidió que nos dejaran ir. Eran personas que minutos antes de que llegaran los policías estaban ahí y sabían que no estábamos tomando; estaban enojados porque cuando hay un problema real la policía nunca está y en esta ocasión actuaban sin argumentos. Los vecinos de Santiago Momoxpan se alinearon frente a nosotros para impedir el ataque policiaco, pero los policías son sordos.
Al final la fuerza física, armas y el uniforme se impusieron a la sociedad, me esposaron y nos transportaron a la comandancia. Al llegar el oficial agresivo me amenazó con golpearme ahí adentro, sus compañeros escucharon, pero nadie dijo nada. Permanecimos en los separos un par de horas esperando que el médico legista nos hiciera un examen toxicológico.
Alrededor de las tres de la mañana el médico determinó que dos de nosotros no teníamos indicios de alcohol en nuestro cuerpo. Aunque el tercero sí los tenía, no era suficiente prueba para acusarnos de ingerir bebidas alcohólicas en vía pública y quedamos libres nuevamente. Sólo para conocer la brutalidad de los policías de Cholula.
ALAN BETANCOURT T.
Last modified: 27 septiembre, 2014
