NADA ESTÁ ESCRITO

Written by | Cafeína para despertar

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¿En qué se me fue este año? ¿Qué hice? ¿En qué invertí mi tiempo? No tengo
idea. Mis apuestas se inclinan a 3 posibles razones; uno: todo fue culpa de Netflix; dos: procrastiné en exceso; tres: la simple idea de mi tesis me volvió demente y olvidé en qué día vivo. Esta semana he  despertado pensando en dos cosas: quitarse las muelas del juicio es una maldita tortura y que éste es el último otoño en el que soy estudiante. En un año, si todo sale bien, ya estaré graduada y el problema no es graduarme, el problema es que no tengo la mínima idea de que haré con mi título en
la mano. Alguien dígame ¿para qué demonios sirve?.

La sociedad nos exige que nos especialicemos, que a los 18 sepamos qué queremos para el resto de nuestra vida, que aprenda- mos idiomas, estudiemos en el extranjero, acumulemos actividades extracurriculares, tengamos talentos, gracias, contemos chistes, hagamos trucos, quieren 20 años de experiencia en el campo laboral apenas terminemos la carrera, cartas de recomendación, disposición de tiempo, excelente presentación y buen trato al cliente; yo lo único que tengo hasta el momento es una tesis medio trunca, un ch**go de miedo y poco tiempo de mi lado ¿reírme de mis desgra- cias cali cará como talento? Supongo que no.

No me malinterpreten, tengo pasiones, tantas que no se que hacer con ellas. Pero el mundo laboral no me pregunta “dígame señorita Soria ¿cuáles son sus pasiones en la vida?” porque poco le importan, ellos quieren saber para qué sirvo y no cuáles son las actividades que alimentan mi alma. En verdad tengo miedo ¿escribir me convertirá en la CEO de alguna empresa? Lo dudo mucho.

Decepción, desempleo, frustración… ¡no quiero graduarme! Eso he pensado todas las mañanas de esta semana y para no colapsar me aferro a lo único que tengo, la idea de que allá afuera algo está esperando por mí. Creo que es más común de lo que imaginamos, no tener idea a dónde se dirige nuestra vida y que nos juzgamos de más por no encontrar una respuesta; me gusta creer que podemos inventar las reglas de la siguiente etapa del juego aunque todos nos digan lo contrario. La verdad es que podemos elegir: seguir estudiando, trabajar en algo que odiemos, renunciar a eso, empezar de nuevo, meserear en un bar a la espera de un mensaje divino, mudarnos, intentar lo que siempre quisimos y para lo que nos faltaron huevos, en n.. construirnos a partir de la incertidumbre de los 20, a nal de cuentas, son los últimos años en los que podemos decir que todavía… nada está escrito.

Fernanda Soria C

maria.soriacs@udlap.mx

@fersoria92

Last modified: 25 noviembre, 2015