Las múltiples respuestas de la geosfera a cambios climáticos dramáticos

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El director del Centro de Peligros de Benfield University College London investiga cómo el clima afecta al mundo geofísico y viceversa.

Bill McGuire en su libro Despertar al gigante: cómo un clima cambiante desencadena terremotos, tsunamis y volcanes, afirma que «el calentamiento global no solo puede estar causando huracanes más destructivos, sino que podría agitar el suelo bajo nuestros pies».

En 2012 McGuire se preguntaba, si seguimos permitiendo que las emisiones de gases de efecto invernadero aumenten sin control y provoquen un calentamiento serio, ¿la corteza de nuestro planeta provocará enormes cambios ambientales como lo fueron aquellos que acompañaron el rápido calentamiento post-glacial de nuestro mundo?

En su trabajo ejemplifica algunas señales de que esto ya está pasando, «no debería sorprendernos que la Tierra está empezando a responder una vez más». A medida que el nivel del mar sube, la flexión de la corteza en torno a los márgenes de las cuencas oceánicas podría, con el tiempo, actuar para «desbloquear» suficientemente las fallas geológicas costeras; al mismo tiempo que actuaría para presionar el magma de los volcanes susceptibles que están listos para erupcionar.

Al mismo tiempo, según este autor, el calentamiento global está causando que los glaciares y los campos de hielo se derritan rápidamente, cambiando el enorme peso de la tierra al mar. Lo que causa un efecto de rebote en la tierra, generando terremotos.

Para afirmar que la delgada capa de gases que alberga el clima y fomenta el calentamiento global realmente interactúa con la Tierra sólida (la geosfera), de tal manera que el cambio climático se convierta en una amenaza aún mayor, él recapituló investigaciones de varias partes del mundo y resumió que parece que el enorme volumen de lluvia vertido por los ciclones tropicales, que conduce a graves inundaciones, puede estar relacionado con terremotos.

El experto en geología y geofísica Shimon Wdowinski observa que, en algunas partes de los trópicos, terremotos grandes tienden a seguir huracanes o tifones excepcionalmente húmedos. Bill McGuire explica que Wdowinski piensa que la erosión de los deslizamientos causados por las lluvias torrenciales actúa para reducir el peso de cualquier falla geológica, lo que le permite moverse más fácilmente. El Himalaya es un ejemplo de esta relación, ya que la precipitación también influye en el patrón de la actividad sísmica en la cordillera. De manera que «un clima cambiante no se trata sólo de inundaciones, sequías y olas de calor. También trae volcanes en erupción y terremotos catastróficos».

A pesar de que este investigador defiende que el cambio climático no solamente afectará la temperatura de la Tierra, sino que también tendrá consecuencias de largo alcance, no significa que tendremos un gran aumento en el número de terremotos y erupciones volcánicas. Más bien cuando una falla geológica o un volcán esté preparado y listo, el cambio climático puede proporcionar ayuda adicional que apresure el momento de un terremoto o erupción que eventualmente habría ocurrido de todos modos. Para finalizar McGuire aconseja que «debemos estar preparados para esperar lo inesperado».

Erika Lilian Contreras Vieyra

erika.contrerasva@udlap.mx

Last modified: 22 septiembre, 2017