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Las últimas semanas no han sido fáciles para México, y es que el suelo anda muy indeciso estos días y, desafortunadamente, hemos experimentado sus resultados. En menos de quince días por lo menos 4 estados han entrado en estado de emergencia por los efectos de los sismos y, entre réplicas y falsas alarmas, la tranquilidad aún no se recupera del todo. Pero como dije en una publicación de redes sociales, de lo malo ya sabemos mucho –los noticieros se encargan de ello- así que mejor hablemos un poco de lo bueno.
Se dice que actualmente no hay forma precisa de predecir los sismos, sin embargo, tan repentinos como son estos fenómenos, lo ha sido la sociedad para reaccionar y ayudar. De primera mano me tocó ver cómo tan solo un par de horas después del susto, la Ciudad de México ya estaba movilizándose para desalojar zonas de riesgo, dirigir autos y evitar más caos, y juntar materiales de curación y rescate. Más aún, en redes sociales bastó con que se difundiera un poco lo ocurrido, para que cientos de grupos de apoyo y centros de acopio se pusieran en acción. Antes de que terminara el día, los mexicanos ya estábamos buscando cómo salir de esto.
Entre otras cosas, también me llamó la atención cómo la conciencia sobre la vida de los animales ha incrementado en estas generaciones. La cantidad de publicaciones que vi, tanto pidiendo que se rescatara a las mascotas, como aplaudiendo el trabajo de los animales de rescate, me impresionó. Y además, me hizo sentir que en algo estamos mejorando, que ya somos más los que sabemos que todas las vidas importan.
Platicaba con alguien sobre cómo los medios de comunicación han llegado a manipular tanto la información, que deciden fabricar toda una historia a costa de una tragedia de esta magnitud, con tal de tener la atención de la gente y no hablar de todo lo demás que está sucediendo. La diferencia en esta ocasión es que, así como nos movemos para ayudar, también lo hacemos para comunicarnos, y si los medios “oficiales” no nos quieren dar la información completa, eso no impedirá que la ayuda llegue a donde aún se necesita.
También está el tema de si los partidos políticos no quieren donar el dinero público que se les asigna, o si se roban las donaciones para alzarse el cuello con la ayuda de los demás. Pienso exactamente lo mismo, si los poderosos quieren seguir siendo los mismos gandallas de siempre y pensar solo en ellos mismo, eso no nos va a detener.
Los mexicanos somos tercos, ya deberían saberlo, y esta vez estamos decididos a ayudar. No nos van a detener , aquí les va un comercial, viendo tanta ayuda en todos lados, hoy sí siento que los buenos somos más.
Andrea Esperanza Chavez Perez
Last modified: 28 septiembre, 2017
