No fue tu culpa, Mara

Written by | Flechas Rayadas

Lamentablemente, la mujer mexicana no está segura. Nunca lo ha estado. México, su sociedad e instituciones le han fallado. Los números no son del todo precisos, pero los sucesos sí lo son: están desapareciendo y asesinando a las mujeres en este país.

¿A cuántas mujeres más les tienen que destruir la vida o arrebatársela para que termine todo esto? No lo sé, pero el sentir de una sociedad quebrada, lastimada y que no se puede explicar por qué suceden estas cosas, es lo único que tenemos claro. Un trago amargo y lleno de desesperación para todos los que vivimos aquí. Permitimos esto, y lo permitimos todos.

Mara Castilla salió de su casa una noche a bailar, a vivir su fiesta, pero nunca regresó. Al final, le costó la vida. Estaba en sus planes pasarla bien, estar con sus amigos, divertirse y ser una mujer libre. No estaba en sus planes desaparecer.

No estoy hablando únicamente de un conductor proveniente de una empresa sin escrúpulos, que no pasa de lamentarse en redes sociales creyendo que con eso arreglará el problema. Estoy hablando de un problema sistemático, la violencia en contra de las mujeres ha cobrado una vida más y, por más que podamos culpar a las instituciones, también tendríamos que replantearnos el hecho de que, como sociedad en general, estamos haciendo las cosas mal.

A Cabify probablemente le baste un lamento en redes y listo. Al cabo de todo, vender es lo importante. Yo espero la presentación de protocolos de prevención, inversión en la seguridad del chofer y del usuario o acciones implementadas y detalladas acerca del tema; si existen, que nos expliquen qué resultados han dado. Pero no nos quedemos nada más ahí. De nosotros, como sociedad, espero mucho más.

Pero entonces ¿cómo le respondió la sociedad a Mara? Como si fuera su culpa desaparecer; algunos decían desde el primer día estupideces como “pues, para que se expone en salir a esas horas de la madrugada”, “para qué anda sola”, “de seguro se fue con el novio”, “¿vieron cómo iba vestida”, etc. Claro, culpen a la víctima. Cúlpenla por ser mujer y querer vivir su vida.

Me parece que le hace falta una dosis de empatía a esta sociedad que se embriaga de señalamientos. Es muy sencillo poner “hubieras” en la mesa y culpar a la víctima. Pónganse en los zapatos de ella, de su familia, de sus seres queridos, y actúen como si Mara fuera cada mujer de este país; porque sí, una representa a todas. Una pudo desnudar la realidad de este país. Triste, pero cierto. Dejen de desgarrarse las vestiduras en las comidas familiares diciendo tontería y media. Mejor hagan algo al respecto.

A pesar de todo, también hay gente que le da esperanza a este país. Personas que han salido a la calle a exigir justicia, personas que están demandando a las empresas, al gobierno y a todos que cambiemos la situación. Que sepan los padres de Mara, su hermana, sus amigos y todos los que la amaban que no están solos; su dolor es nuestro dolor, su rabia es nuestra rabia, sus ganas de que esto cambie también vive en nosotros.

Que no gane la impunidad, que de algo sirvan estas instituciones por las cuales nuestra paciencia se está agotando. Que no ganen ellos, los criminales. Que no gane la indiferencia y la falta de empatía. Que gane la justicia y la libertad para todas y todos en este país.

La indiferencia y los señalamientos absurdos nos han consumido. La normalización de este tipo de eventos nos ha hecho creer, indirectamente, que “es normal” que estas cosas pasen. Dejemos de aceptarlas y luchemos en su contra. No nos dediquemos a señalar víctimas y quedarnos cómodos sentados, ellas esperan lo contrario de nosotros.

Yo no me voy a esperar a que desaparezcan a mi hermana, a alguna de mis primas, o a una de mis amigas para exigir justicia. Esto tiene que cambiar.

No Mara, no fue tu culpa. Donde quiera que estés.

Ray Ricardez

raymundo.ricardezga@udlap.mx
@RayRicardez

Last modified: 17 septiembre, 2017

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