Ninguno de nosotros vio venir el tremendo knockout que nos presentaría la vida al llegar a nuestros veintes. Se veía como un momento completamente lejano y era esperado con un millón de expectativas. Creíamos que, para este punto, tendríamos todas las respuestas, estábamos seguros que encontraríamos las palabras correctas y que se derramarían de nosotros sin ni siquiera pensar.
Pero no.
Esto, claro está, no sucede como lo esperábamos. Y es lo mejor que nos pudo haber pasado. El problema está en que vivimos con estas expectativas que ni siquiera son nuestras. Llegar a tus veintes es dejar ir las expectativas de ti a tus treintas o cuarentas, o lo que sea que creas que debe de ser el resto de tu vida. Mucha personas hablan de cómo, al jubilarse, se volvieron a encontrar con ellos mismos o que después de mucho tiempo tuvieron ese año sabático que tanto querían y por fin abrió sus ojos. Algunos más, caen en la terrible conclusión de que su vida llena de expectativas no fue lo que esperaban. Sin embargo, lo bueno de estar en tus veintitantos es tener el poder de hacer estas cosas desde ahora. No tienes porque esperar. No hay una edad tan crucial como esta, ya que las cosas que necesitas aprender sobre ti mismo y lo que quieres de la vida las aprenderás un 20% de ellas en la universidad y el otro 80% afuera de ella.
Tener veintitantos te permite pasar por un transición constante de tomar la forma que necesites en el momento o, incluso, tirar a la basura la persona que fuiste y las creencias que tenías para formar una manera de pensar que sea realmente tuya. Ten veintitantos y esfuérzate para tener llegar al punto en el que seas la persona correcta bajo tus propios estándares. Conoce personas con distintos puntos de vista, conoce personas más inteligentes que tú, trabaja en una oficina y trabaja tomando órdenes en un café. Viaja con tus amigos, con tu familia y viaja sola.
Ten veintitantos y enamórate y desenamorate cuántas veces puedas. Escribe. Cambia de carrera. Regresa a tu casa. Disfruta tus papás. Vive sola. Vive con ocho personas diferentes. Ve a conciertos. Ahorra. Deja de fumar. No le busques el significado a todo. Encuentra algo que te apasione desde el momento que despiertas hasta que regreses a dormir y trabajar en ello toda tu vida. Toma un lápiz y empieza. Después ve por una cerveza o dos o más y ten veintitantos. Aprende quién eres, qué quieres y regresa a ti.
No esperas a que despiertes un día y te preguntes a dónde se fueron todos esos años. El tiempo lo tienes, lo único que tienes que hacer ahora es que valga la pena.
Diana Sofia Cortez Woo
Last modified: 30 octubre, 2017