¿Qué estamos haciendo mal con nuestra educación sexual?

Written by | Ceguera, Opinión

La educación sexual sigue siendo un tema complejo y, en la mayoría de los casos, tabú. Es por ello que Mariana Lizárraga, estudiante de último semestre de Relaciones Internacionales, decidió hablar sobre el tema en Girls Globe.

Para quienes aún no conocen Girls Globe, les explico un poco sobre qué es lo que hace.

Básicamente, es una plataforma en línea que busca educar e inspirar a las personas a tomar medidas sobre cuestiones relacionadas con los derechos humanos, la justicia social y la igualdad de género a través de comunicaciones creativas, impulsadas por las voces conectadas de las niñas y las mujeres de todo el mundo.

Hace un año que este proyecto llega a México y al resto de América Latina de la mano de Bita Aranda, ex alumna UDLAP. Gracias a todo el esfuerzo que le ha dedicado, cada vez se unen más personas como Mariana a hablar sobre temas de género en México y, sobre todo, muchas personas como yo tenemos la oportunidad de leer y aprender sobre cosas que siguen siendo tabú.

Actualmente, se han publicado artículos sobre la situación en México, que han logrado llegar a público de todo el mundo. En esta ocasión les comparto What’s Going Wrong with our Sex Education?, versión traducida y escrita por Mariana Lizárraga.

Gracias Bita y Mariana por inspirarnos siempre.

¿Qué estamos haciendo mal con nuestra educación sexual?

Mariana Lizárraga.

Tan sólo en el 2015, México tenía 119,938,473 habitantes, de los cuales el 52.4% eran mujeres y cerca de un 18.5% tenían menos de 20 años (estimado).

En el mismo año, hubieron 2,353,596 nacimientos y, de estos, un 18.2% resultaron de madres adolescentes. Al mismo tiempo, el 49% de la población reportó no haber utilizado ningún tipo de anticonceptivo durante su primer encuentro sexual, y se presentaron 32,752 registros de enfermedades de transmisión sexual (ETS) con aproximadamente el 85% de las consultas siendo solicitadas por mujeres.

Estas cifras nos permiten llegar a una conclusión bastante evidente: en México, estamos haciendo algo mal con cómo abordamos el tema del sexo.

Muchos afirman que esta situación es la consecuencia directa del crecimiento económico y del desarrollo de un país. Si bien, hay lógica en este argumento, dado que las estadísticas nos dicen que cerca del 90% de los embarazos en la adolescencia y el 95% de nuevos casos de VIH en el mundo ocurren en países en vías de desarrollo. No obstante, lo anterior no puede ser la única explicación de por qué México se posiciona como el país con la mayor tasa de embarazos en la adolescencia de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

A mi parecer, hay un factor de gran importancia que, de alguna manera, tiende a pasar desapercibido. Porque, de verdad, ¿cómo esperamos que los jóvenes sepan sobre el sexo si nos rehusamos a hablar del mismo?

De acuerdo al psicólogo mexicano, Juan Pablo Arredondo, cerca del 80% de los padres mexicanos evitan hablar de sexo con sus hijos. Y, en caso de que lleguen a tocar el tema, más del 50% no lo hará adecuadamente, imponiendo sus principios religiosos sobre los hechos. Y las escuelas no son una mejor opción. Tal vez, la manera ideal de esclarecer mi argumento sea a partir de mi propia experiencia…

Como muchos otros mexicanos de clase media, gran parte de los primeros años de mi educación tuvieron lugar en colegios privados que, la mayoría de las veces, tienden a ser religiosos. En estos planteles educativos, sólo mencionar la palabra ‘sexo’ ya era visto como un tabú, tanto por el cuerpo estudiantil como por sus docentes.

Años más tarde, por fin fui a una escuela laica que ofrecía un curso sobre educación sexual. Una anomalía, dado que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no marca entre sus cursos obligatorios uno que trate sobre educación sexual.

Sin embargo, en lugar de aprender sobre los múltiples tipos de anticonceptivos o sobre el consentimiento, nos enseñaron fotos de los síntomas de las ETS y un video bastante gráfico del procedimiento de un aborto. En vez de aprender sobre el sexo sano y seguro, me enseñaron a tenerle pánico al acto sexual y sus posibles consecuencias.

La escuela no es donde aprendí sobre el sexo. La escuela no es donde la gran mayoría de los mexicanos aprenden sobre el sexo.

Si nuestras familias y planteles educativos no son fuentes de información confiables o disponibles, entonces, ¿dónde estamos los mexicanos aprendiendo sobre el sexo? La respuesta es bastante problemática.

Muchos hombres pueden llegar a creer que lo que ven en la pornografía es una realidad, que van a encontrar a este cuero de mujer perfectamente depilada que va a dar todo por su placer (y, al hacerlo, mágicamente ella también logrará llegar al clímax). Por el contrario, a las mujeres se les dice que el sexo es un acto de amor y que, incluso si no es lo más placentero del mundo, lo que importa son los sentimientos que hay de por medio. Al mezclar estas dos posturas uno encuentra escenarios como la práctica de relaciones sexuales de una manera no segura porque es la mejor forma de mantener a tu pareja contenta puesto que así ‘se siente mejor,’ o la fetichización de las relaciones entre lesbianas.

Obviamente no estoy diciendo que esta es de facto la forma en que todos los mexicanos piensan sobre el sexo. Al contrario, lo que estoy haciendo es señalar algunas de las posibles consecuencias resultantes de la renuencia con la que aquellos encargados de nuestra educación evitan el tema.

Culpar a nuestra creciente desigualdad socioeconómica resulta más sencillo que reconocer que estamos cometiendo un gravísimo error al evitar hablar sobre un tema tan natural y fundamental. Cuando, al hacerlo, estamos limitando a muchas mujeres de sus futuras oportunidades.

Sara Achik

sara.achiklz@udlap.mx

 

Para ver el artículo en su versión original haz click en el siguiente link:

What’s Going Wrong with our Sex Education?

Last modified: 16 noviembre, 2017