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Un grupo pequeño de gente se arremolina en una oficina del Centro Estudiantil. Los que llegaron temprano están sentados en sillas dispuestas en el único espacio libre con que cuenta el cuarto, mientras que el resto está de pie, esperando ansioso.Tania Peña Lara, colaboradora, saluda a los presentes y explica, de manera general, qué les espera a los asistentes cruzando la puerta.
El cortometeatro está inspirado en el microteatro, cuyas obras tienen un formato 15x15x15: presentaciones de 15 minutos en espacios de 15 metros cuadrados pensadas para un público de 15 personas. Este modelo artístico llega a México en 2013 desde España. El 6 y 7 de febrero, la Dirección de Vinculación y Compromiso Social lo trajo a la UDLAP en la temporada Se vale volver a empezar del 2018, por medio de tres breves obras que buscan crear conciencia social en sus espectadores.
Al cruzar la puerta de la sala aparece un cuadro blanco con dos personajes, Winnie y Willie, ella sonriente, él dormido. Los Días Felices, como se titula la puesta en escena, permite escuchar los pensamientos de Winnie, quien parece hablar sola con la vaga esperanza de que Willie escuche sus cavilaciones y recuerdos, al tiempo que saca una serie de objetos como pasta de dientes, lentes, pastillas e, incluso, un arma de fuego. Ella interactúa con ellos sonriente, siempre sonriente.
Los espectadores pasan a la siguiente sala, donde tres niños los esperan, dos varones y una mujer, jugando inocentemente. Incluso invitan a alguien del público a jugar avioncito con ellos, para después dar un salto en el tiempo y llevarlos a su pubertad. La obra, Curva Peligrosa, pone en evidencia las situaciones que la protagonista vive dentro de su amistad con un par de hombres.
La última habitación por la que pasan los asistentes está dominada por una pareja: Norma, interpretada por un hombre, y su marido, interpretado por una mujer, quienes se miran fijamente. Casa de Muñecas es un diálogo, actuado como un baile acrobático por el dúo, entre una esposa que busca emancipación y un esposo que se empeña en no dejarla ir.
Al final del recorrido por estos tres micromundos, se le pide al público responder una encuesta para medir el nivel de entendimiento que tuvieron de las obras, a modo de ejercicio como parte de su intención de concientización social. Esto lo hacen con la intención de mejorar su técnica el próximo semestre y saber elegir los temas adecuados para que los estudiantes de teatro de la UDLAP puedan seguir generando conciencia a través de su actuación.
Jaqueline Sofía Mc Namara Trujillo
Fotografía: Renata Ortega López
Arte contemporáneo compromiso social conciencia social cortometeatro teatro
Last modified: 13 febrero, 2018
