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La semana pasada, el Senado de República vivió un momento vergonzoso. Primero debemos recordar los hechos, el 4 de septiembre, los senadores le negaron la licencia a Manuel Velasco, el ex gobernador de Chiapas que reformó la constitución de su estado para poder regresar a su puesto una vez que tomara posesión como senador de la república, demostrando la concentración de poder de la que gozan los gobernadores.
Unas horas después de la primera votación, cuando la Junta de Coordinación Política regresó al pleno, el líder de la bancada de Morena, Ricardo Monreal, defendió a Velasco en tribuna y su “derecho” de pedir licencia, los senadores votaron una vez más y le otorgaron la licencia. Unas horas después el Partido Verde cedió 5 diputados a Morena en la Cámara de diputados.
Monreal tiene razón al decir que Velasco tiene “derecho” a pedir licencia, pero el Senado tiene el derecho a negarla, y el hecho es que el Senado lo hizo. Cualquier legislador puede pedir licencia, pero quien tiene la última palabra son sus compañeros, si fuera un “derecho” solo bastaría con presentar la solicitud. Ahora, surgen dos preguntas: ¿por qué Velasco decidió regresar a Chiapas? y ¿por qué Morena decidió apoyar a Velasco después de la 1ª votación?
La primera respuesta es que Velasco regresa por el paquete de dinero que llegará al estado en estas semanas. Como lo aclaró Salvador Mejía, se integra una bolsa de recursos federales no ejercidos por las entidades en los últimos cinco años y se reparte entre los estados más pobres: Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Sin embargo, por el grado de marginación del primer estado, se le destina alrededor de 50% de estos recursos; esta bolsa se entrega en el último trimestre del año, es decir, en estos meses. Chiapas recibirá alrededor de 52 mil millones de pesos que debe gastar antes de que termine el año. Amable lector, lo invito a crear sus conclusiones.
En cuanto a la segunda pregunta, me queda claro que fue un arreglo político entre el Verde y Morena. El partido del presidente electo aparte de ganar la mayoría absoluta obtuvo Presidencia de la Cámara y de la Junta de Coordinación Política. Se le puede considerar un triunfo, algo necesario por el “proyecto”, pero a la vista de muchos es una vergüenza. El Partido Verde ha sido comparado por distintos analistas con trabajadoras sexuales, sin embargo, yo respeto muchos a estas personas que se exponen día a día y no merecen ser comparadas con algo tan repulsivo como este partido.
Sin ideología, sin agenda propia, son un grupo que se acerca a quien tenga el poder. En su momento estuvieron con el PAN, después con el PRI y hoy se acercan a Morena, el nuevo partido al mando. El Verde ha hecho de la violación de la ley una práctica; lo único verde que tienen es el logo, nada de compromiso real con el medio ambiente. Un arreglo cupular, entre Morena y el Verde, daña la imagen de la nueva legislatura, opacando cosas admirables como la Propuesta de Germán Martínez hecha el mismo 4 de septiembre. ¿Hasta dónde se debe llegar para lograr la 4ª transformación? Tal vez en ese camino de sacrificios por “el bien mayor”, pierdan el rumbo.
Alexis Murillo Corona
Last modified: 12 septiembre, 2018
