¿Amar o no amar la comedia romántica? Esta es la cuestión

Written by | Opinión

Con la temporada de premios entre nosotros, es meramente natural hablar del cine. Este ha sido un tema que he querido abordar desde mis primeros días como columnista, pero tenía miedo a la reacción de mi querido público.

Siempre he tenido una relación volátil con las comedias románticas. Me acuerdo de mi primer contacto con ellas, me podía pasar todo un fin de semana pegada al televisor viendo una tras otra. Claro, tan solo era una niña en ese entonces, pero si tengo que pensar qué me atrajo a ellas, probablemente fue la idea de que existía una persona con la que podías contar todo el tiempo, alguien a quien no le importaba ver lo peor de ti. Eran destino: no importaba qué hiciera el otro, siempre regresaban a sus brazos.

Esta opinión no fue duradera. Fui creciendo y la pubertad no es divertida para nadie. Muchos de nosotros sacan ese cínico interior y dejamos de creer en el amor. Aquí no solo vi las comedias románticas como irreales, pero como algo tóxico para mi persona. Esta idea tampoco estaba del todo bien.

Ahora, ya en mi segunda década de vida, mi opinión ha vuelto a cambiar. Nunca volví a ser la fan que fui, pero tampoco soy una férrea protestante contra este género del cine. En mi experiencia, me he topado con varias comedias románticas con las que le doy un poco de razón a esa niña puberta en mí. Tengo que admitir que la mayoría nos dan falsas esperanzas y expectativas. Sobretodo a nosotras mujeres, estas películas nos presentan una idea completamente errónea del amor. El verdadero cambio ocurrió cuando comencé a ver las excepciones.

Puedo contar con una mano las comedias románticas que verdaderamente muestran una relación saludable o, cuando muestran algo tóxico, se aseguran de comunicar lo erróneo de esas relaciones. Estas películas nos enseñan el amor como algo natural y que necesita esfuerzo. Nos dicen que está bien no encontrar un amor permanente y que hay que descubrirnos a nosotras mismas, no solo por nuestras relaciones, sino por una introspección completamente personal. Por primera vez encontré películas que me dijeron que está bien amarme y que no tengo que buscar un salvador, sino a alguien que quiera acompañarme en este amor propio.

Pero bueno, esta solo es la idea de una chica de 21 años, ¿quién sabe qué pensaré en 2029? Por ahora, toca ver Cuando Harry conoció a Sally. Les aviso si cambio de opinión.

 

Anna Gabriella Cavagliano Martínez

anna.cavaglianomz@udlap.mx

@AnnaGabriellaCM

Last modified: 26 febrero, 2019