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Esta frase me ha sido repetida desde que tengo memoria. Estoy segura de que puedo tirar una roca en algún lugar público y le voy a atinar a alguien que haya soportado la misma experiencia que yo. Lo peor de todo es que nunca la dejamos de escuchar.
Díganme si les suena familiar: “Ahora no, hijo, son cosas de grandes”. ¡Claro que les suena! Hemos escuchado variantes de esto durante toda nuestra vida. Ya pasé mi segunda década de vida y todavía hay cosas que no puedo escuchar o comprender. Seamos honestos, puedo quedar embarazada y me seguirán tratando como niña.
Somos la generación que está más infantilizada. Cada vez se alarga más la adolescencia, lo cual puede ser una navaja de doble filo. Sí, en parte tardamos más en ser independientes, pero no creo que sea solo nuestra culpa. Se nos protege más cada día, se nos dice que vivimos en un mundo muy peligroso, pero la generación que vivía en guerra no contaba con este problema.
No se nos da la oportunidad de mostrar nuestra madurez. Nos dicen que “nunca hacemos las cosas por nosotros mismos” y por eso necesitamos de ayuda constante. Aquí entramos en una paradoja: ¿cómo se supone que hagamos las cosas por nosotros mismos si no nos creen capaces?
Es hora de que nos den una oportunidad. Necesitamos crear una identidad como generación, más esto no es posible hasta alcanzar cierto nivel de independencia.
Claro, no solo estoy culpando a las generaciones previas que nos infantilizan, sino a nosotros mismos por no hacer nada al respecto. Tenemos que salir y conocer el mundo por nuestra cuenta. Somos una generación con una diversidad increíble de ideales. De verdad creo que podemos lograr un cambio significativo. Ya es hora de luchar por nuestra independencia. Después de todo, las mejores cosas suceden cuando cometemos errores. Es momento de equivocarnos y de tomar responsabilidad completa y absoluta.
Anna Gabriella Cavagliano Martínez
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Last modified: 11 marzo, 2019
