Oda a lo efímero
Uma
Tánatos, Shinigami, Mictlantecuhtli;
un cúmulo de nombres coleccionados.
El gran arbitrario, igualador sin mirada,
el último enemigo que jamás será vencido,
se lleva lo que no se hizo, lo que no se dijo.
Oh, cómo le temen los pasajeros:
plegarias en el alba, una mariposa negra azotada,
espejos velados, un plato con sal debajo de la cama,
inyecciones para alisar la tez con falsedad,
pastillas lo caduco prolongar.
Aunque, los descendientes de Aztlán
se contraponen al miedo comunal.
Yerguen altares tapizados de memorias,
decoran el portal al mundo terrenal,
los guían con flores y cera de vuelta a casa.
De padres a hijos se enseñan
que, sin ellos, muere el recordar.
Cempasúchil tiñe cítrico el altiplano,
ofrendas llenas de yeso azucarado.
En la puerta del cielo se da bienvenida a los remeros,
la candela ilumina la procesión al flotante pueblo.
En la tierra del faisán y el venado, Hanal Pixán es alabado,
xek y pib para alimentar a los desamparados.
¿Por qué celebran? ¿No tienen miedo?
De la forzosa separación de alma y cuerpo
que trae consigo el buscador fidedigno.
Supongo que no;
para morir, ellos nacieron.
Luz Solís
–
Parte 1
Escuchen a lo lejos del muelle, escuchen los
profundos susurros del viento, se perciben tan real
los olores a azufre y en campanas los murmullos de
uno que otro muerto, son historias, son recuerdos,
aquellas melodías de los lamentos.
CORREEEEEEEEE……….
YA es tarde,
ahora se perciben a carne propia las memorias, es una delgada
capa de brisa, humo blanco donde esboza una sonrisa.
– ¿Quién yace detrás de la espesura? pregunta un hombre
bajo el manto de la luna.
Ser alto y delgado inundado de matices, con textura a putrefacto,
Cadavérica presencia sin forma tangible.
Directamente ventana con ventana, y los finos cabellos de la
nuca lentamente se erizaban Eran pupilas que reflejan un
hondo vacío ese del cual ni la luz escapa.
Caer
Caer
Y
caer
En un sueño de difusos entornos, donde se
explica el porqué de la consulta, donde el
tik-tak del tiempo se detiene…
Parte 2
QUIEN CON FUEGO JUEGA CON FUEGO SE QUEMA
Abrir los ojos sin poder sentir lo hermoso del morir,
ya estaba en el infierno sin aún estar muerto, Salgo
es la rutina veo a mi bebe esa pequeña criatura, A mi
amada con la cual ahora no quiero nada. Hasta la
gota que escurre por mi piel es salada y mi mente es
dueña de las penas.
El respirar es un suplicio y el caminar un tormento
Cada paso dado, cada suspiro, cada aliento
tienen un sabor amargo un perfume inmundo,
Lo intento pero creo que nunca fue de colores el mundo, Me
esfuerzo por buscar algo y sentir de nuevo, me esfuerzo por poner la cara,
sin parecer que apenas estoy sobreviviendo.
Familia y festejados, acaso no lo entiende, porque es tan indiferente,
Tu me procreaste, toda la vida me explotaste, Siempre perfecto, el
niño lleno de talentos.
Claro que mi gran defecto fue el fuerte temperamento.
Ni mis gritos muestran el dolor del sufrimiento,
Llevo años en un eterno duelo, años con un filtro blanco y negro.
Camino lentamente al que era mi cuarto, no quiero
celebrar de mis padres su forzoso encanto,
En las manos tengo mi salvación,
Es tan suave, tan perfecto como lo que soy.
PUM
Silencio……
Ahora solo observo
Madre que gime, he impulsivamente se pone a asear,
Tanto miedo a la reacción de su esposo, que las
palmas ahora están al rojo vivo
Un alarido que perturba hasta en pesadillas,
Un suplicio por el pálido cuerpo, porque
sabe que ya no tiene padre su nieto.
Parte 3
REGRESA
Un roce de rocío acabó con el tormento de la hipnosis,
aquel desfigurado ser se había marchado
solo dejo un tambor de palabras que inundaban mi subconsciente,
no obstante una frase con taladro quedó penetrada.
“A qué costo”, frase tan realista,
frase que incomoda al privilegio sordo de mente y ciego de corazón.
Mares y ríos de agua con sal caen de aquel Joven que a paso apresurado
regresa a casa a besar a su pequeño descendiente, abriendo la puerta de
su habitación, diciendo gracias a la nada, acurrucado junto a su
prometida sin levantarla,
pero con una gran alegría de aquel presente.
En el roble junto al muelle el muerto observa el recuerdo del joven
estrujando a una rama la doncella hecha de fibra
que con el baile del viento el nudo de un enredo se bambolea
dejando a la deriva el hueco de una vida.
Camila Fernández
Last modified: 5 noviembre, 2023