Written by ¿Qué harías distinto si pudieras volver en el tiempo? Hace poco hablaba con unos amigos sobre la filosofía del tiempo, de cómo no lo entendemos. Entrar en estas discusiones desencadena en mí crisis existenciales, un absurdo afán que tengo por entenderlo todo, por encontrar una respuesta que en mi mente suene válida frente a cosas que muy en el fondo sé que nunca entenderé: el amor, las pérdidas, y más recientemente, el tiempo. Para mí, al final es solo una medida, por sí mismo… no vale nada. Por alguna razón termina controlando cada aspecto de nuestras vidas. Lo damos, lo arrebatamos, lo perdemos, queremos que nos cure y que nos salve de lo que nos es imposible huir: nosotros mismos.
Los seres humanos tenemos una enorme capacidad para hacernos esclavos de los recuerdos. La memoria nos traiciona y volvemos a un espacio en el tiempo que creíamos muerto.
El presente es lo que más me cuesta entender, tal vez porque va más rápido que yo. En un segundo está y al otro lo perdemos, nos pasa por encima, ni siquiera lo notamos y, sin embargo, siempre estamos aquí, siempre es ahora.
Del futuro no sé nada, pero siempre lo espero, siempre me equivoco pensando que es algo que llega. Ernesto Sábato escribió: «Siempre tuve miedo al futuro, porque en el futuro, entre otras cosas, está la muerte». Supongo que tiene razón, tal vez uno de nuestros más recurrentes errores es suponer que en el futuro está la vida.
La realidad es que el tiempo no es un protagonista de nuestra existencia, es solo un espectador. No esperen al tiempo, háganlo ya, perdonen hoy, salgan hoy, digan que sí, pidan perdón, invítenla a salir, denle una segunda oportunidad, empiecen a correr.
Mañana no habrá tiempo, y me gusta pensar que somos demasiado jóvenes para esperar.
MARÍA FERNANDA SORIA CRUZ
maria.soriacs@udlap.mx
Last modified: 28 agosto, 2014
