REINVENTARSE O MORIR

Written by | Amicus Curiae

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Si usted, querido lector, es de las personas que piensan que las cosas en México “se han calmado”, quiero imaginar que la sangrienta segunda mitad de este año ha sido una cachetada de realidad.

Sesenta mil muertos, señalan las fuentes más conservadoras (otras hablan de hasta 150 mil), han caído producto de la lucha contra el narcotráfico en México entre 2006 y 2012. Con su permiso, pero, ¡¿CUÁNTOS MÁS, [insertar nombre del culpable de su preferencia]?!, tú sabes quién eres.

¿Cuántos muertos, cuántos nuevos grupos delictivos, cuántos capos atrapados, y cuántas tragedias más se necesitan para admitir que la estrategia no está funcionando?; ¿cuándo vamos a atrevernos a pensar más allá de las balas, de la criminalización, de la fuerza pública, de la violencia?

Cuando el Distrito Federal anunció que descriminalizaría el consumo de mariguana, la ONU puso el grito en el cielo. Exigiendo que México respete los tratados internacionales de los que es parte, los cuales impiden la legalización de esta droga.

¿Pero cuál tratado internacional?, ¿el de 1912, el de 1936, el del 61, del 72, o, el más reciente, el del 88? Así es, algunos de estos tratados datan de cuando, por ejemplo, Nuevo México se anexaba a nuestro vecino del norte, o de cuando Yuri Gagarin se aprestaba a convertirse en el primer ser humano en viajar al espacio.

Inclusive el más reciente, la Convención de Naciones Unidas contra el tráfico de drogas (1988), es un tratado que nació en un mundo distinto. Un mundo en donde las telecomunicaciones eran aún precarias en comparación con su avance actual, un mundo en el que Pablo Escobar seguía impune y todavía no se conocía la verdadera magnitud del poder del narco. Un mundo que aún no imaginaba siquiera la masacre generalizada que viviría México apenas un par de décadas después.

No nos hagamos patos, los tratados internacionales, como lo dijo el Ministro Cossío, son compromisos y como tales, pueden incumplirse e inclusive, abandonarse.

“Reinventarse o morir”, dicen por ahí. Como bien dijo Einstein, locura es hacer lo mismo y esperar resultados distintos, ¿es que acaso se han vuelto locos nuestros gobernantes?

RUBÉN ALVAREZ E.

ruben.alvarezer@udlap.mx

Last modified: 7 noviembre, 2014