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El microbioma humano es una interacción vital para mantener el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Siempre se ha visto al humano y a los microorganismos como enemigos, sin embargo, los microorganismos que viven dentro de nuestro organismo tienen una consideración especial.
El microbioma es único para cada persona, lo adquieres cuando naces y durante el transcurso de la vida va cambiando, siendo influenciado por varios factores externos como la dieta, actividad física, estado de salud general del individuo, entre otros. Esto quiere decir que nosotros ejercemos influencia sobre nuestros huéspedes y viceversa, a esto se le llama relación simbiótica.
Estos pequeños organismos, huéspedes de nuestra anatomía llevan a cabo una infinidad de funciones para mantener un correcto funcionamiento del cuerpo. Debido a su gran importancia, se ha llegado a comparar la actividad e importancia de la microbiota con la del hígado.
Su importancia recae en los procesos moleculares que realiza para producir sustancias activas y así lograr mantener un equilibrio en el cuerpo, denominado homeostasis. De igual manera, se puede comprobar su inmensa importancia con el hecho de que, si éste se desregula, puede predisponer al desarrollo de diversas enfermedades.
Definitivamente es crucial el cuidado y conocimiento adecuado del microbioma, ya que hay algunas sustancias (como los antibióticos) que pueden afectarlo y causar efectos contraproducentes. Asimismo, es recomendable el uso de probióticos y prebióticos para restablecerlo y mejorarlo. Los prebióticos son nutrientes para la microbiota humana, mientras que los probióticos son aquellos alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos, que se pueden utilizar para modificar o mejorar el equilibrio bacteriano intestinal y favorecer la salud del huésped. De esta manera también se puede ayudar al desenlace óptimo de ciertas patologías. Se ha visto que la administración de ciertos probióticos disminuye los síntomas y severidad del cuadro clínico de enfermedades como la gastroenteritis, constipación, síndrome de intestino irritable, etc.
Lo anterior se explica muy simple; como estas enfermedades son causadas por ciertos microorganismos ya identificados, las estrategias terapéuticas están dirigidas a atacar a estas bacterias con antibióticos, siendo este el tratamiento convencional. Se ha propuesto el uso de probióticos a la par de éste, para suplementar el microbioma del cuerpo que será afectado por los antibióticos, previniendo así el crecimiento de baterías patógenas y logrando un desenlace mejor.
En conclusión, un microbioma saludable ayuda a protegernos de patógenos. Al estar estrechamente relacionado al sistema inmune, se puede considerar parte
de la primera línea de defensa del cuerpo. Por lo tanto, el conocimiento de ésta es importante para así poder cuidarla y cuidarnos.
Irene Gómez Oropeza
Reportera de Ciencias
Referencias
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Last modified: 17 octubre, 2022
