Salto de fe

Written by | Como anillo al dedo, Opinión

liliana

Vivir con alguien que no sea de tu familia siempre es un reto. No importa si esa persona es tu amigo/a del kinder y han sido inseparables toda la vida; si juraron amistad eterna, estar en la boda del otro y en el desmadre también. Se puede tener el historial más perfecto, pero eso no garantiza que al vivir juntos habrá una perfecta armonía. Vivir con alguien siempre implica un choque. De algo como que no lavó su plato se puede hacer toda una pelea, porque no solo el carácter, sino los hábitos, es lo que conoces de las personas.

La convivencia es, sin duda, difícil. Ni se diga si llegas con un extraño a compartir el cuarto, porque eso solo puede salir de dos maneras: o muy bien, donde comparten todo y son casi hermanxs de otra madre; o que no se aguanten y que tener un roomie termine siendo un experimento de lo peor. Yo he vivido ambos casos.

En primer semestre, tuve una muy mala experiencia y cuando tienes que ver a esa persona todos los días y compartir un espacio bastante reducido (como sabe quien haya vivido en un cuarto compartido en colegios), te hace preguntarte qué hiciste mal y dónde quedó la maravillosa experiencia universitaria que te vende la publicidad de la UDLAP. A mitad del semestre, tuve que confiar en la nada y cambiarme con otra desconocida, rogando que no fuera tan mala. Y fue todo lo contrario. Nos llevamos espectacular. Pero como los grandes riesgos, es de todo o nada.

Para los que se enfrentan a llegar a compartir habitación sin conocimiento previo de quién será su compañero, es sin duda, una situación angustiante por lo incierto. Hay parejas que toman años en decidir si van a vivir juntos (aunque con todo eso de poder demandar, tal vez ahora se agilice el asunto para algunas personas).

Algo tan crucial como con quién vas a vivir, se determina por una encuesta de preferencias de personalidad. Que, si bien, al menos Colegios Residenciales trata de juntar personas con intereses parecidos o hábitos similares, es indudable que una encuesta no puede determinar qué tan bien se llevarán o cómo se comportarán.

También hay otras opciones, como pedir un cuarto individual o vivir solo en un departamento en lo que encuentras roomies. En cualquier caso, al vivir con desconocidos no importa cuánto miedo tengas, cuánto te quejes, lo único que de verdad puedes hacer es un salto de fe.

Liliana Sánchez Villanueva
liliana.sanchezva@udlap.mx

Last modified: 20 octubre, 2016