Cuba y su gente

Written by | Ceguera, Opinión

Llegué con mil dudas.

Me fui con las mismas; tal vez más.

Me perdí en un paraíso lleno de sueños e historias tristes, contadas con las más sinceras sonrisas. En una isla históricamente presa de las ambiciones de otros, libre del hambre y de niños de la calle.

Busqué la riqueza que se decía perdida desde hace años. La encontré. No la tenía ni el gobierno corrupto, ni las élites cubanas.

Ilusos. No la tienen. La tiene la gente.

Me sorprendió ver a tantos niños libres. Esos niños en extinción que todavía pueden ser niños.

Tomé unas cuantas fotos de los colores de la Habana, las callecitas empedradas de Trinidad, el azul clarito de Varadero y Boca de Camarioca. Mi cámara inmediatamente protestó. Con justa razón. La belleza no estaba ahí, está en su gente.

Comprendí que ese afán que tenemos por simplificar las cosas y resumirlas nos hace perder los detalles. Por eso prefiero quedarme con una Cuba compleja e incomprendida, llena de contradicciones y contrastes.

En fin, me quedo con muchas historias que me hicieron llorar de alegría o reír con tristeza.

Sara Achik

sara.achiklz@udlap.mx

Last modified: 18 octubre, 2017