Se le conoce como permafrost a las capas de suelo que se encuentran permanentemente congeladas, pero no cubiertas de hielo o nieve. Estas capas están compuestas por distintos materiales que durante miles de años han acumulado grandes reservas de carbono orgánico.
En la actualidad, debido a los efectos secundarios del calentamiento global, el permafrost ha presentado una disminución en sus áreas. Lo que sucede cuando este se descongela, causa la liberación de dióxido de carbono y metano. Pero no solo eso, sino que también se empieza a reconocer que en estas capas de suelo congeladas se almacenan distintos tipos de virus y bacterias que han estado «dormidos” por cientos de años y que podrían comenzar a activarse si el hielo se sigue descongelando.
Un ejemplo de esto sucedió en agosto de 2016 en una península en el Círculo Polar Ártico, un niño de 12 años murió y al menos veinte personas fueron hospitalizadas después de haber sido infectadas por ántrax. A este acontecimiento se le atribuyo una teoría que hace más de 75 años un reno infectado por la bacteria murió y su cuerpo quedó atrapado bajo una capa de permafrost. Después, cuando una ola de calor descongeló esta parte del permafrost, el ántrax se liberó e infectó el agua y los suelos cercanos, afectando el suministro de alimentos. En ese momento, más de 2,000 renos se infectaron y también algunos humanos. Este podría ser solo uno de los muchos casos que podríamos vivir si no se hace algo al respecto. Ya que, como bien se sabe, el Ártico se calienta 2 veces más rápido que el promedio mundial, poniendo en peligro la vida silvestre local y además de que se liberan grandes cantidades de carbono a la atmósfera.
Otro ejemplo de esto podría ser la epidemia de viruela que sucedió en la década de 1890. Debido a que sus cadáveres fueron sepultados bajo la capa superior de permafrost en el río Kolimá que ahora comienza a presentar signos de derretimiento, lo que podría reactivar estos virus.
Tomando en cuenta lo anterior, las investigaciones que están haciendo los laboratorios rusos en Siberia, de virus como el paleovirus, el cual se toma de cadáveres de animales extintos preservados en el permafrost, podría ayudar a comprender mejor el funcionamiento de los virus, su resistencia al paso del tiempo y su evolución para mejorar el conocimiento sobre ellos.
Se sabe que en este tipo de suelos se han encontrado perfectamente conservados mamuts lanudos, lobos del Pleistoceno, entre otros. También se han encontrado hongos, virus y bacterias, algunos capaces de sobrevivir tras millones de años. Si se derrite por completo el permafrost el mundo se enfrentaría a virus y bacterias desconocidos por la ciencia, así como por el propio sistema inmune de los seres vivos.
Alanis Michell Ruiz Flores
Editora de Ciencias
Last modified: 7 abril, 2021