Escribir, la razón de algo más

Written by | Literatura, ahora, Opinión

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Las humanidades pueden considerarse entre las áreas más ambiguas. Tan solo el definir qué es literatura, o qué es una obra de arte, son preguntas casi imposibles de responder de manera certera (o lo que unos llamarían “científica”). He dicho en textos anteriores que el escritor no es más que otro oficio, un trabajo que debería tomarse en cuenta como tal y no como el trabajo de eruditos. No me planeo contradecir, ya que sigo creyendo lo mismo. Escribir es un trabajo más, no otra cosa; pero, si fuera el caso, ¿cuál es la misión de esta labor? ¿Por qué alguien debería invertir su tiempo y esfuerzo en escribir y publicar?

En lo personal, entré a la carrera de literatura ya que escribía. Había hecho una novela y pues el leer siempre me ha interesado (aunque no leía tanto). Me gustaba la historia y en general, siempre había ido por un camino cultural. No obstante, si no hubiera escrito esa obra, probablemente nunca hubiera terminado en literatura. Creo que a un gran número de personas les gustaría escribir, incluso les gustaría decir “ya leí a los grandes autores, Dostoievski, Shakespeare, Cervantes…”, pero no solo quedarse ahí, sino decirle al mundo que entendieron grandes obras.

Sin importar que entendamos o no a cualquier autor, es bueno cuestionar si es que existe una razón por la que estos autores escriben. Un reportero o periodista se encarga de desenmascarar la mentira y mostrar la verdad al mundo, un punto de vista bastante romántico. No digo que no lo sea, pero no todos tienen una moral tan rígida. También los científicos escriben para publicar sus artículos y compartir su conocimiento con la comunidad científica. Pero, ¿por qué cualquier otra persona escribiría un cuento, novela, poema u obra literaria?

La escritura puede ser vista, en algunos casos, como terapéutica. También es una manera de darle importancia a una cosa; si no está escrita, probablemente se olvide. Sin embargo, si está redactada ya puede ser leída por otros o ser preservada. En el caso de un escritor, se pueden llegar a perder algunos de estos valores. Entre más escriba uno, se le dará importancia a sus obras, pero ya no sentiría esa relevancia casi automática por estar escrita; en cambio, eso sería lo normal. Además de que hay cosas escritas que no son ni importantes ni deberían preservarse.

¿Por qué empecé a escribir? En mi caso no fue nada importante. Comencé con algunas cosas sencillas y con el tiempo fui escribiendo cada vez más. Curiosamente, una vez que llegué a la licenciatura dejé de hacerlo (claro, de manera literaria, ya que, de manera académica y periodística, sí lo he hecho). Considerando esto, ¿por qué razón recomendaría a que otros escriban?

La escritura y nuestro lenguaje sofisticado ha sido una de las invenciones más importantes de todos los tiempos. No solo nos permitió comunicarnos, sino que nos dio la oportunidad de preservar el conocimiento, y con el tiempo, de comunicarle a los demás lo que nos importaba. Los libros, sin exagerar, han cambiado la historia y moldeado el mundo en el que ahora vivimos.

Aunque ahora no solo existen los libros, seguimos leyendo los posts recientes en redes sociales, blogs, tweets, mensajes de texto y mucho más. No estamos obligados a escribir, pero sí es importante hacerlo. El escribir ensayos (en su forma más estricta y académica a la manera mexicana), reportes y esos textos sencillos, no llegan a alcanzar lo que es escribir obras literarias u obras académicas más complejas. En una obra literaria, uno puede ser capaz de crear historias, personajes, situaciones, relaciones, mundos; embellecer al lenguaje, proponer opiniones y críticas, y muchas más. El lograr una buena obra presenta un reto mayor a argumentar una posición con las opiniones y estadísticas de otros. Aquí, uno no depende de lo que los demás dicen, sino de sí mismo para crear algo nuevo y diferente a lo que ya hay. Así, y como ya lo he dicho, es algo que los que tienen la oportunidad de ser letrados deberían intentar al menos una vez.

Rodrigo Lichtle Ventosa
rodrigo.lichtleva@udlap.mx

Last modified: 8 noviembre, 2016